Humanización

En primer lugar, me gustaría presentarme:

Mi nombre es Mariano Fernández Román y trabajo como fisioterapeuta en el Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Jerez de la Frontera. Actualmente, estoy estudiando el Grado de Psicología en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) porque siempre he mostrado interés por la esfera emocional, cognitiva, conductual y social de la persona. Después de años de experiencia profesional, llego a la conclusión que, para dar una atención sanitaria digna y de calidad, es imprescindible un abordaje integral del ser humano. Para lograr este objetivo, entendí que la mejor forma de conseguirlo era ofreciendo una atención sanitaria humanizada.

A continuación, os presento una pequeña introducción sobre Humanización de la asistencia sanitaria:

Según el Plan de Humanización del Sistema Sanitario Público Andaluz, la humanización de la asistencia sanitaria es “la apuesta por un trato amable, por una asistencia centrada en la persona y en sus derechos, que escucha y acompaña, que prioriza la participación, que avanza en su compromiso y responsabilidad social en el seno de un diálogo permanente con la ciudadanía para mejorar las relaciones, la gestión de los servicios, las instituciones en su conjunto, los espacios, los tiempos, etc.”. El objetivo, según el citado plan, es “impulsar el desarrollo de Estrategias de Humanización en el SSPA que respeten la dignidad de las personas y sus derechos; que incorporen lo que realmente tiene valor para el/la paciente, y condiciones de trabajo adecuadas para sus profesionales; que fomenten la escucha y la participación, en un entorno confortable, y en un marco ético, de equidad y de excelencia en la atención”.

La humanización de la salud considera a la persona desde una perspectiva holística, es decir, a través de una atención sanitaria de las dimensiones biológica, psicológica, social, espiritual y ética de cada ser humano enfermo. Enfatiza en la relación persona con persona (relación simétrica) frente a sanitario con persona enferma (relación asimétrica) porque cómo es evidente la asistencia sanitaria la ejercen los seres humanos para con sus iguales, y aunque existan diferencias individuales y culturales entre todos y todas, la humanización se basa en lo que nos une y compartimos como personas, fortaleciendo el lazo de las relaciones interpersonales.

La espiritualidad, por tanto, es una dimensión muy relacionada con la humanización y con el acompañamiento, y se define como “…un aspecto dinámico e intrínseco de la humanidad a través de la cual las personas buscan un significado, un propósito y una transcendencia última donde experimentan una relación consigo mismos, con la familia, con los demás, con la comunidad, con la sociedad, con la naturaleza, con lo significativo y con lo sagrado”.

 Una buena alianza terapéutica es una buena relación humanizada donde existe respeto, dignificación del ser humano, empatía y compromiso entre ambas partes, donde los escenarios en los que tienen lugar estos encuentros pasan a ser espacios acondicionados, cómodos, amables y cercanos.

La técnica o destreza médica-sanitaria no es suficiente ante los retos del/la paciente del siglo XXI, porque esto sólo es el abordaje de la enfermedad, convirtiendo el acto sanitario en un trabajo mecánico y muchas veces cosificando el papel de la persona enferma. Una actitud cercana, humanista, ante la persona que sufre por su dolencia, aportando esperanza, apoyo y consuelo como herramientas terapéuticas, son igualmente necesarias para optar a la mejor praxis médica y de cualquier ámbito     socio-sanitario. La ciencia debe estar acompañada del acercamiento humano. Esta es la clave de la humanización de la salud. 

La humanización que va siempre de persona(s) a persona(s) suele tener varios canales. Destacamos las siguientes modalidades de comunicación interpersonal:1. Presencia física (la forma más natural y fisiológica). En ella podríamos incluir todos los tipos de comunicación según canal sensorial (los más importantes visual, auditiva, táctil, pero también hay que contar con la olfativa y gustativa).2. Llamadas de teléfono (información auditiva).3. Anotaciones, escritos, cartas (información visual). 4. Morse (información visual y auditiva).5. Videollamadas (información visual y auditiva).6. Terapias virtuales (incluidas aquellas con o sin inteligencia artificial).7. Lenguaje de signos (información visual).8. Tableros analógicos o virtuales (información visual).9. Otros objetos electrónicos como ordenadores, tabletas, móviles, altavoces, ratones faciales o manuales, o implantes, etc. 10. Aplicaciones en dispositivos móviles (dónde se pueden integrar varias ideas de las anteriores).

 

En definitiva, lo que se pretende es humanizar la sanidad, salvaguardando la dignidad de los/las pacientes así como sus derechos, ya que está demostrado que la humanización de la atención sanitaria aumenta la calidad en la práctica clínica, la satisfacción de los/las profesionales y pacientes y conlleva una mejora en los resultados y en el uso de los recursos. Por eso, es necesario humanizar las relaciones, la gestión de los servicios, las instituciones en su conjunto, los espacios, los tiempos, la formación, e implicar a todas las instituciones, gestores, profesionales del ámbito de la salud, pacientes y sus familias.

 

FUENTE: Curso virtual de Humanización de la Atención a Pacientes con Enfermedades Crónicas Complejas. OPIMEC.

Plan de Humanización SSPA, descargar aquí